8 consejos de abuelita para pasar el invierno

Cuando llega el invierno, muchos latinos enfrentan un desafío: no estamos precisamente hechos para el frío. Seamos sinceros, ¡nos va mejor con el sol! Pero cuando las temperaturas bajan, hay un tesoro de sabiduría transmitido por nuestras abuelitas para mantenernos cálidos y saludables durante la temporada fría. Estos consejos son simples, prácticos y reconfortantes—como un gran abrazo en un día helado.
- La magia de las bebidas calientes
El té no es solo una bebida; es como una terapia en una taza. Muchas personas confían en el té de jengibre, hecho hirviendo rodajas de jengibre fresco en agua con un poco de miel y limón. Te calienta desde adentro hacia afuera y es una maravilla para las gargantas irritadas. Si te sientes aventurero, añade una pizca de canela para un toque extra acogedor. Y no olvidemos el atole o el champurrado, bebidas espesas y calientes que se sienten como abrigarse con una manta cálida.

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¡2. Capas, Capas, Capas!
Tu abuelita definitivamente te recordaría que no salgas de casa sin un buen suéter, bufanda y tal vez hasta un gorro “para que el frío no te agarre”. Se trata de vestirse en capas. Calcetines de lana, ropa térmica y pantuflas peludas son esos imprescindibles de invierno que no sabías que necesitabas hasta que te congelas en la cocina tratando de hacer café.
- Las bolsas de agua caliente son tus mejores aliadas
¡A las abuelitas les encantan las bolsas de agua caliente, y con razón! Estos calentadores son perfectos para las noches frías. ¿No encuentras uno? Calienta en el microondas un calcetín lleno de arroz (¡asegúrate de que esté limpio!) para hacer una versión casera. Mételo bajo las cobijas o colócalo en tus pies para mantenerte calentito.
- Almohaditas calientitas para comodidad instantánea
Las almohadas cálidas y acogedoras son esenciales para las noches de invierno. Se trata de pequeñas almohadas, a menudo rellenas de granos o semillas como arroz, maíz o linaza, que puedes calentar en el microondas. Son perfectas para mantener las manos calientes, aliviar los músculos adoloridos o acurrucarte en una noche fría. Consejo de experto: añade un poco de lavanda seca al relleno para un aroma relajante mientras te calientas.
- El Caldo Lo Cura Todo
¿Te preguntas cómo combatir una fría noche de invierno? Un gran tazón de caldo es la respuesta. Ya sea una sopa de pollo, un estofado de carne o caldo de res, este platillo reconfortante te calienta el cuerpo y llena tu barriga. Además, está lleno de verduras y amor: dos ingredientes que marcan la diferencia.
- Un buen masaje con VapoRub
Esta lista no sería verdaderamente de abuelita sin mencionar el VapoRub. ¿Tienes un resfriado? Frótalo en tu pecho y espalda. ¿Sientes frío? Úntalo en tus pies y ponte calcetines. ¿Nariz congestionada? Un poquito debajo de las fosas nasales (¡cuidado con no exagerar!). Tal vez no te caliente realmente, pero solo el olor te hace sentir cuidado.

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- Mantente Activo
Las abuelitas saben que mantenerse activo aleja el frío. “¡No te quedes ahí sentado!”, dirían. Hacer un poco de limpieza, bailar al ritmo de tus canciones favoritas o incluso dar un paseo corto puede mantener tu sangre circulando y tu cuerpo caliente. Puntos extra si sudas un poco.
- No te olvides del humidificador
El aire de invierno puede ser seco, lo cual no es ideal para tu piel ni tus senos nasales. Mientras que las abuelitas podrían poner una olla de agua a hervir en el fuego, tú puedes modernizar este truco con un humidificador. Añade unas gotas de aceite de eucalipto si te sientes elegante.
Estos consejos no solo son prácticos; son un recordatorio del amor y cuidado que acompañan los consejos que recibimos de nuestras familias. Tal vez el invierno no sea nuestro favorito, pero con un poco de sabiduría de abuelita, podemos superarlo—y quizás incluso disfrutarlo un poco. ¡Mantente caliente!
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